La situación que sufren muchos jugadores tras
acabar su último año junior es que se ven en la imposibilidad de seguir jugando,
bien porque no tienen el nivel necesario para ello, bien porque no existen
equipos donde lo puedan hacer, o bien porque no les apetece, ya sea porque han
perdido la ilusión por jugar en general, o porque no pueden hacerlo de la forma
en la que ellos querrían (equipo de menos nivel del que les gustaría, lejos de
casa, etc.). Y esto no es una situación excesivamente fácil para ellos, incluso
para los que deciden no jugar por voluntad propia. De hecho, habría que
reflexionar, como Club, qué lleva a un jugador con calidad suficiente como para
jugar en un equipo competitivo, a no hacerlo. Siempre he pensado
que los Clubes no son cantera solamente de jugadores, sino también, como
mínimo, de entrenadores. Además, creo firmemente que tanto los jugadores que han
obtenido un gran nivel técnico (o sea, aquellos que pueden decidir seguir
jugando), no tienen por qué ser más válidos como entrenadores que aquellos que
no tienen esa capacidad de decisión porque su nivel técnico es menor (o sea, los
que posiblemente no puedan seguir jugando). Tanto unos como otros pueden saber
exactamente lo que hay que hacer para llegar a tener un gran nivel: los primeros
porque pueden mostrar su experiencia individual y constituirse en un ejemplo.
Los segundos porque seguramente saben o tienen una idea bastante aproximada
de lo que les ha faltado a ellos, y quizá puedan transmitir esto
Hay que ofrecer a
jugadores y jugadoras la posibilidad de que sigan ligados al deporte en general
y al baloncesto en particular, durante todo el tiempo que ellos quieran.
Deberíamos ofrecérselo para que ellas y ellos pudieran decidir. No sólo por su
propio beneficio, sino por el que puedan aportar a una gran cantidad de niños y
niñas que se inicien en el deporte. ¿Qué mayor modelado que el de un jugador que
hasta hace poco han visto, o siguen viendo, vestido de corto? ¿Qué mejor espejo
que una jugadora que es capaz de hacer todo eso que ella intenta practicar cada
día? Sin duda, es una herramienta motivacional extraordinaria. Y pocos guías se
sentirán más identificados con el Club que esta tipología de
entrenador.
Quizá tengamos la solución ante nosotros y no terminamos de
aprovecharla. Sí que es cierto que jugadoras y jugadores en edad junior tienen
muy poco tiempo libre. Están en años difíciles, académica y socialmente, para
iniciarse como entrenadores... pero quizá sería interesante identificar cuáles
de ellos tendrían más interés en aprender a entrenar. Y es aquí donde el Club
tiene que hacer un esfuerzo en la formación de éstos. Puede que en el Cuadro
Técnico del Club haya entrenadores capacitados y receptivos como para ejercer de
tutores de estas chicas y chicos.
Posiblemente lo tendrán complicado
para asistir a todas las sesiones, pero quizá en edad junior baste con echar una
mano un día de entrenamiento y asistir a los partidos que puedan. Puede ser una
primera toma de contacto. Sería una manera de romper el hielo del cambio de rol,
para afrontar al año siguiente un posible puestro de Entrenador Ayudante... o
Delegado a la espera de realizar el curso de formación correspondiente. Puede
que de esta manera se responda a la pregunta sobre
qué hacer después de junior... O puede que no.
Pero no me cabe duda de una cosa: si siempre se llevan a cabo las mismas
acciones, normalmente obtendremos los mismos resultados. Para obtener resultados
diferentes, hay que llevar a cabo acciones diferentes.
Publicado por
Antonio Cánovas Valero